El 4 de diciembre los artilleros conmemoran la festividad de su patrona Santa Bárbara. En Segovia, cuna de la Artillería Española, se la rinde especial homenaje con la celebración de diversos actos religiosos y culturales, en los que tiene una especial participación la ciudad, estrechamente vinculada a la Academia de Artillería desde su fundación en el Alcázar de Segovia, en 1764.
Según un antiguo manuscrito de Simeón de Metafrast de la segunda mitad del siglo X, Bárbara nació alrededor del siglo III en Nicomedia, hoy día Izmit, en el nordeste de Turquía, a orillas del Mármara. Su padre, rico y poderoso, llamado Dióscoro, se propuso inculcarle la idolatría, que era la práctica religiosa que dominaba la sociedad en que vivía, a lo que Bárbara se negó, convirtiéndose al cristianismo. Esto provocó que su progenitor la encerrara en una torre. Un sacerdote, haciéndose pasar por médico, accedió a sus estancias para bautizarla y darla a conocer la doctrina cristiana. Bárbara, mientras se encontraba prisionera, mandó instalar una tercera ventana en la torre para que simbolizara la Santísima Trinidad. Dióscoro trató por todos los medios de convencer a su hija para que cambiara de actitud, incluso infringiéndola severos y humillantes castigos físicos, pero ella se negó a abjurar del cristianismo. Al no hallar manera de persuadirla, Dióscoro le pidió a un juez que le permitiera ejecutarla y degollarla en la cima de una montaña. La petición le fue concedida, pero apenas Dióscoro terminó de asesinarla, cayó del cielo un rayo que lo fulminó de inmediato. El martirio de Bárbara ocurrió bajo el mandato del emperador Maximinus Thrax.
Santa Bárbara es una de las santas cristianas más universales y populares. Pertenece al grupo de los 14 Santos Auxiliadores, que la liturgia de la Iglesia los denomina, igualmente, santos intercesores y santos coadjutores.
Su devoción tiene un indudable carácter ecuménico, iniciada en los albores de la Edad Media, puesta de manifiesto a lo largo de los siglos en su amplísima iconografía y reflejada en las numerosas ciudades, villas, aldeas, montes y sierras que en el mundo entero llevan su nombre.
Las cualidades de Santa Bárbara la convirtieron en patrona de prácticamente todos los artilleros del mundo, plenamente identificados con sus virtudes y la simbología que la rodea. Así en el tiro de artillería el humo es la nube, el fuego el relámpago y el estruendo el trueno. Además, la torre fortaleza es propia del artillero, al haber sido también ingeniero de máquinas y fortificaciones.
Santa Bárbara también es patrona de los mineros, ingenieros de minas y de cuantos trabajan en la preparación de explosivos o la fabricación de armas de fuego; de marinas como la italiana y cuerpos de bomberos como los de Francia e Italia, así como protectora ante la muerte repentina, la impenitencia y los rayos en caso de tormentas.
En el siglo XIII, el rey Alfonso X, El Sabio, y su esposa Doña Violante, hija de Jaime I El Conquistador, guardaban especial culto y devoción a la Santa, invocándola en el Alcázar de Segovia bajo el temor de una pavorosa tormenta. También es evocador recordar que el 4 de diciembre de 1489 los Reyes Católicos entraron en la ciudad de Baza tras un asedio en el que toma parte muy importante la Artillería, con la destacada participación de Francisco Ramírez de Madrid, ‘el Artillero‘, capitán de Artillería de los Reyes Católicos. Desde ese momento, Baza nombró a Santa Bárbara patrona de la ciudad.
La devoción de los artilleros españoles a Santa Bárbara puede calificarse de inmemorial. Algunas teorías la consideran traída por los fundidores de Artillería que de tierras flamencas hicieron venir los Reyes Católicos para la Guerra de Granada, o tal vez por los artilleros de Flandes al unificarse el Sacro Imperio Germánico con España al acceder al trono Carlos I en 1519; emperador que en sus ricas armaduras, como podemos contemplar en la Real Armería de Palacio, es común que lleven grabadas en el peto la imagen de la Inmaculada y en el espaldar la de Santa Bárbara.
Dos años más tarde, el 4 de diciembre de 1521, en las Islas Molucas, durante el viaje de circunvalación a la tierra y cuyo 500 aniversario estamos conmemorando, los artilleros de las naos Victoria y Trinidad, al mando de Juan Sebastián Elcano, lanzaron las primeras descargas de lombardas que se conocen en honor a Santa Bárbara, recordando la vocación ya iniciada en 1248 por el príncipe Alfonso, luego Rey X el Sabio, en la toma de Alicante.
Pero no fue hasta 1522 cuando se encontró la primera referencia escrita que avala el patrocinio de Santa Bárbara sobre los artilleros españoles. Consiste en una cédula fechada el 4 de diciembre de 1522, que se encuentra en el Archivo de Simancas, en la que D. Juan de Acuña, Alcaide del Castillo de Burgos, autorizó mediante el llamado “recibo de la pólvora” que “el día de Santa Bárbara los Artilleros tirarán dos barriles de pólvora para tirar ciertos tiros de los gruesos, que pesarían diez arrobas”, y que fue entregada para tal efecto al Capitán de Artillería de Nápoles Juan de Terramonda.
En 2022, cuando se cumplen cinco siglos de este documento que acredita que la mártir Santa Bárbara ha sido venerada con piedad y cariño durante quinientos años por los componentes del Arma de la Artillería, y que han celebrado cada año su patronazgo, la Santa Sede, a través de la Penitenciaría Apostólica, ha concedido un particular Año Jubilar con posibilidad de obtener indulgencia plenaria en la forma acostumbrada, es decir, mediante la confesión y comunión sacramental y el rezo por las intenciones del Papa Francisco. A esas condiciones comunes, se une, en este caso, la de visitar uno de los lugares de culto oficialmente designados, y en ellos orar piadosamente ante la imagen de Santa Bárbara. En Segovia se ha elegido la capilla de la Academia de Artillería. Dicha concesión se extiende desde 4 de diciembre de 2021, hasta la misma fecha de 2022, pudiendo solicitar la medalla los artilleros profesionales en cualquiera de sus situaciones y los antiguos artilleros de reemplazo con la correspondiente acreditación.
En la Iglesia, como en el ámbito de las Fuerzas Armadas, cobran especial importancia los signos y los símbolos. Así, a lo largo de la historia, diversos acontecimientos han quedado plasmados en diferentes concreciones que los recuerdan permanentemente, como es el caso de las distintas medallas y cruces conmemorativas de hechos relevantes.
De esta forma, el nuevo arzobispo castrense, Carlos Jesús Montes Herreros, ha firmado un decreto por el que se crea la medalla conmemorativa del quinto centenario de la proclamación de Santa Bárbara como patrona de la Artillería Española.
El diseño de esta nueva medalla, de forma oval, combina dos bombas de mano flamantes, una pila de balas y una imagen con la figura de Santa Bárbara sujetando con la diestra un cáliz, y saliente de él, la Sagrada Forma, y con la siniestra la palma del martirio y una espada. A sus pies, una torre cerrada aclarada de tres ventanas en palo. Se completa con la leyenda ‘Santa Bárbara, 500 años con sus artilleros’.
Como no podía ser de otra manera, será Segovia, a través de la Academia de Artillería, la sede oficial de la celebración a nivel nacional. Está prevista una exposición bibliográfica, un concurso literario, un ciclo de conferencias, un concierto de música militar y la edición de un libro sobre la santa, entre otras actividades. A nivel nacional se está gestionando la emisión de un billete de lotería nacional, un cupón de la ONCE, un sello de correos y la acuñación, en la FNMT, de una moneda conmemorativa.
Este reconocimiento público y solemne de los artilleros, es una muestra de gratitud a Santa Bárbara, a quien procuran tener siempre presente para solicitarla su amparo y protección
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