miércoles, 29 de julio de 2020

REFLEXIONES SOBRE LA CONVERSIÓN DE HAGIA SOFIA EN MEZQUITA


















MAHOMA

Ando compungido estos día de canícula: la segunda toma de la catedral de Santa Sofía... vuelta a 1453; las cimitarras penetraron en el templo cuando el preste cantaba la epiclesis y el oficio divino no concluyó, toda la clerecía fue pasada por las armas... el islam es una religiosa sinrazón en nombre de Dios que evangeliza con la espada o te conviertes al Profeta eres hombre muerto. Sin embargo existe una profecía entre los popes griegos que asegura que un día el propio Señor Jesucristo cuya imagen preside grandiosa la bóveda de mosaicos (que ha sido ocluida no sé si destruida) entrará triunfante en Hagia Sofia y concluirá él mismo la ceremonia.
Sonará por las paredes de la hermosa catedral el estruendo de un "ite missa est" gloriosso. Otro frente que abrió el Déspota Oscuro contra la vieja fe que profesamos los españoles son losa hisoanicidas que campean por la Red. Seguimos dando vueltas de noria a la piedra de la Kaaba sin hallar respuesta.
No podemos escudriñar los pensamientos divinos. Se borró la quibla, la catolicidad dividida perdió el asidero. ¿Tuvieron la culpa las inanes disputas teosóficas? En el Fanar de Constantinopla, sede del patriarcado, se discurría, cuando entraron los turcos en la ciudad imperial, sobre el sexo de los ángeles (utrum angeles migeant necne” (¿tendrían las legiones angélicas fisiología excretoria?)
Esto está pasando hoy entre nosotros. Las prensas nos atruenan las meninges sobre teoría y factores de la neumonía que se está llevando a tanta gente por delante aunque no dicen la verdad.
Allí apareció Mahoma con su actitud irrevocable e intransigente y las artes aprendidas en una madrasa dirigida por un israelita de Medina. Exegetas bizantinos atribuyeron la pérdida de este punto de referencia de la gran polis de Constantino a los pecados múltiples de Roma, a las divisiones, a los gatuperios, a la lucha por el poder.
Luego están  las afrentas a nuestra historia: Colón dilapidado, Fray Junípero Serra aquel bendito franciscano mallorquín que fue andando con la cruz a cuestas y un dedo malo desde Nuevo México hasta Oregon adonde irá el buey que no are. O el asturiano Menéndez de Avilés que trató de llevar el cristianismo a aquellos antropófagos salvajes habitantes de la Florida. Es duro asumir tanto odio y tanta hispanofobia
 Resulta difícil ahora mismo, con la peste que llaman de Billy Gates el anticristo en plena efervescencia, resistirse a suspicacias globales que ciertos entendidos en la materia tachan de  conspiranoicas. Sencillamente, y dicho de otra forma: Mahoma fue un castigo de Dios, como lo es ahora el Covid-19.
El Corán según los imanes lo escribió el Profeta al dictado de las revelaciones de un arcángel pero a mí me parece─ dicho con mil respetos ─ un libro de hazañas bélicas como la Biblia, un tratado de urbanidad y de higiene abluciones constantes y rezos cinco veces al día.
Hay en él brotes irracionales propios de la epilepsia pues su autor padecía de gota coral, la enfermedad de los dioses. ¿Mujeres? Todas las que puedas alimentar. Mahoma se acostaba con Aixa su favorita pero se permitía un harén de favoritas con las que acostarse en variación durante un mes. Tomó al pie de la letra el comando del Genesis: creced y multiplicaos. En ello llevan los sarracenos ventaja sobre las demás religiones. “Conquistaremos el mundo con el vientre de nuestras mozas”. Da pavor pensar esto. En el Coran no caben las feministas ni sus insidiosos repulgos, porque da miedo. Es un texto de lo más causo, no apto para los que nos gusta la literatura, apto sólo para fanáticos.
El credo muslímico  digámoslo para acabar constituye una religión viril y esa impronta la dejó en el idioma castellano. Hubo un enorme trasiego a lo largo de ocho siglos de lucha. En Castilla es grande el acerbo de los dichos y el pensamiento muladí y el de la aljamía. Toda la lexicografía de palabras que empiezan por al (almudena, alfolí, alcanfor, almunia, almaciga, alelí etc.) y otras menos conocidas como “higa” (burla). Los moros ya le hacían la higa con los dos dedos de la mano a las huestes del Cid y estos les respondían con cargas de caballería. ¿Era Mahoma un abdulá o servidor de dios o un agente de Satanás, un Mustafá un elegido o el maestro de la perdición, el anticristo que decía Lutero?
 A mí cristiano viejo me importa una higa aunque no hay que perder de vista una cosa: detrás del moro está siempre el judío. Son compañeros de viaje. Fueron los hebreos los que traicionaron con don Opas a don Rodrigo en Guadalete





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